El siglo XX fue clave para la música tradicional de Segovia, por toda la
labor de recopilación de canciones y costumbres.
Hacia el 1900 la dulzaina era un intrumento muy tosco, depues se reformó y modernizó dotándose de llaves y alargando su afinación. La dulzaina del “Tío Saluda” por ejemplo era una de las primeras dulzainas reformadas, fabricadas en la casa del afamado constructor Angel Velasco, de Valladolid. El redoblante, caja, o tamboril, con parches de piel, es un heredero directo de los tambores militares.
A continuación destacamos los intérpretes cuya parte más importante de su obra se enmarca desde el año 1900, hasta finales de este mismo siglo, aproximadamente.
PAULINO GOMEZ TOCINO “EL TIO TOCINO” (1882-1960)
Natural del pueblo de Abades. El gusto y la afición por la dulzaina le
viene de joven, al ver tocar en su pueblo en las romerías y procesiones, al
“Tío Bernardito”, del cual con una dulzaina de segunda mano, aprende los
primeros pasos.
Durante la mili, formo parte de la banda militar, por que tenía
13
un gran oído, lo que le facilitaba quedarse con las canciones al vuelo.
Los
oficios a los que se dedicó, fueron los de carpintero, cazador y esquilador de
ovejas. Una vecina suya nos recuerda, que ensayaba 2 horas diarias.
A los
60 años aproximadamente sufrió una parálisis cerebral, que le paraliza la
mitad derecha de su cuerpo, lo que no le impide dejar de tocar, sino que para
hacerlo debe inclinarse a un lado (argallau). En el año de su muerte, el 1960,
tocó en dos puntos de la procesión de Abades.
En vida fue para muchos el
mejor de todos los tiempos, tenía un gran prestigio, y decía que tenía que
quedar bien por todos los lugares a los que fuera a tocar, por lo que nunca le
faltaran seguidores.
De joven, una de las anécdotas más curiosas que le
ocurrieron, fue cuando el alcalde del vecino pueblo de Sanchidrián, le contrató
para tocar en la romería de las fiestas, y le advirtió, que el dulzainero del año
anterior, casi muere reventado, de lo larga y dura que era la procesión.
El día del toque en Sanchidrián junto con su tamborilero, Tocino,
consiguió dar varias vueltas al pueblo, quedando finalmente sólo 4 danzantes,
por lo que al finalizar la procesión, le levantaron a hombros y le hicieron
quedarse varios días allí, sorprendidos con su aguante, ya que el año
anterior, el dulzainero que tocó, tuvo que retirarse.
En el año 1939 junto con el
maestro Agapito Marazuela, y el “Grupo de danza y paloteo de Abades”,
representó a la provincia de Segovia, en la Exposición internacional de
Londres.
RICARDO GONZÁLEZ HERRERO. (1887- 1970)
Nace el 7 de febrero de 1887 en la villa de Fuentepelayo. Pertenece a
una familia donde la mayoría eran músicos.
A lo largo de su vida ha tenido
varios oficios además de dulzainero, como son el de cantero, segador y peón
14
de albañil.
La primera agrupación musical en la que participó, fue la integrada
junto con sus dos hermanos, con la que tocaban todos los domingos, y días
de fiesta en el pueblo de Fuentepelayo.
A la edad de 27 años, allá por el año
1924, empieza a tocar por lo pueblos de la comarca.
En el 1925 empieza a
enseñar el manejo de la dulzaina a su hijo Rufino, y más tarde a su hijo José
María la ejecución del tamboril.
También ha participado en varias
agrupaciones, como el “Grupo de danzas y paloteo, Villa de Fuentepelayo”.
Falleció el 21 de agosto de 1970.
SIXTO MONTALVO BERMEJO (1891-1960)
Nace en Zarzuela del Monte, el 28 de Marzo de 1891. Aprendió a tocar la dulzaina con Ángel Hernán Gómez, dulzainero de Laguna Rodrigo, a donde le llevaba su familia los lunes en un burro, recogiéndole el sábado.
Junto con Ángel Hernán hizo muchas intervenciones musicales, en público, tanto en pueblos de la provincia de Segovia, como en las de Ávila y Madrid. Era un músico, que dominaba muy bien la ejecución de la dulzaina, sabía interpretar a la perfección todas las piezas tradicionales, ya fuesen pasodobles, mazurcas, revoladas…
Los vecinos de Zarzuela del Monte, decían que siempre estaba tocando la dulzaina, a todas horas, daba igual que hubiera misa… que cualquier acontecimiento. Durante varios años, tocó en la romería de la virgen de “El Henar”, en Cuéllar.
Ha dejado alumnos, como sus vecinos Luis Barreno y Gregorio Dimas Montalvo. En algunas entrevistas que le han hecho a este último, que además era su sobrino, indicó que Sixto compartió enseñanza junto con Agapito Marazuela, por lo que parece ser que aprendieron la técnica musical en común.
El 4 de Enero de 1960, muere, y se le recuerda como “el mejor tocando la jota.”, como decía M. Contreras
AGAPITO MARAZUELA ALBORNOS (1891-1983)
Nace en Valverde del Majano, un 20 de Noviembre de 1891. De niño,
sufrió una meningitis, la cual le dejó marcadas unas secuelas para el resto de
su vida, la más significativa fue la ceguera.
Su familia, muy humilde regentaba
una fonda a la entrada de la ciudad de Segovia, por la Fuencisla. (El Ventorro
de Somosorro)
A los 14 años de la mano de Ángel Velasco, dulzainero del
pueblo de Renedo de Esgueva (Valladolid), recibe las primeras clases de
dulzaina, mientras que recibe formación de solfeo y de guitarra por parte de
su padre, de un veterinario y guitarrista de Zarzuela del Monte. Poco tiempo
después, con la ayuda de su padre, un burro, y una guitarra, va recorriendo la
provincia de Segovia.
Se matricula en el “Conservatorio de la música de Valladolid”, para
aprender mas y mejor la ejecución de la guitarra. Según avanza su vida, su
faceta de dulzainero, la vive con dos caras; por una, tocaba para divertimiento
o como afición, y por la otra tocaba para ayudar económicamente a sacar a
su familia adelante.
En el año 1924, ofreció su primer concierto de guitarra en el teatro Juan
Bravo de Segovia. Por su éxito, desde esta actuación, no le pararon de llover
las ofertas de actuaciones por diferentes lugares. En 1930, como
dulzainero, graba dos discos de carbón prensado, en los que se pueden
escuchar dos piezas en cada uno, las cuales le dieron mucha popularidad y
fama en el mundo del folklore especialmente.
En 1932 con la ayuda de un buen puñado de personajes ilustres de
Segovia, se hace pública la intención que tenía de publicar un libro de la
canción tradicional segoviana, y se abren cuentas para recibir donativos de
ayuda para la publicación.
Este mismo año, en la época estival, el maestro
Agapito comienza a recorrer los pueblos de la provincia segoviana y otras
colindantes como Ávila y Valladolid.
En este año se convoco el “Concurso
Nacional de Folklore”, en Madrid, y con la ayuda económica de Teófilo
Hernando, se presentó, aunque no estaba muy convencido.
Afirmaba que era
muy poco lo que había recogido, y Don Teofilo, le dijo, “bueno, por lo menos
que vean éstos lo que se canta en Segovia”.
Al conocer el fallo del jurado se
vieron sorprendidos, al ser el mejor de los 18 trabajos presentados. El motivo
principal para alcanzar el premio, sin lugar a dudas se debió a la calidad del
repertorio. Agapito Marazuela presentó al concurso un total de 150 canciones,
pero indicó que era “una milésima parte de todo lo que había ”.
El repertorio
de canciones se tituló “Cancionero de Castilla la Vieja”, y por medio de la
ayuda de la Asociación SABA, se pidió ayuda a la Diputación Provincial de
Segovia, para hacer que este cancionero viese la luz y fuera publicado,
cuestión que no pudo hacerse realidad.
En el año 1936 entra a formar parte
de las Juventudes Socialistas Unificadas, las cuales le encargan que haga
una selección de los mejores grupos folklóricos que existían en ese momento
en el panorama nacional, para que actuases en la denominada “Olimpiada
Roja”.
Este año casualmente coincide con el estallido de “La Guerra Civil
Española” la cual le hace pasar un buen periodo aislado, pero a pesar de ello
no paro de hacer música.
Durante la posguerra pasa mucho tiempo en
cárceles como la de Madrid, Burgos, Vitoria…
En el año 1960 le tributaron un gran homenaje en el teatro Juan Bravo, y
cuatro años después en el 1964, se publica el “Cancionero de Segovia”, con
un total de 337 canciones, después de que en 1932 no fue posible que viera
la luz.
En 1969 se edita un disco titulado “Folklore Castellano”, en el que si
incluyen 22 temas.
En el año 1976, con la organización principal de Ismael Peña, se le hace
un CD homenaje, bajo el titulo de “Segovia Viva”, en el cual participan
Joaquín González Herrero, Facundo Blanco, el Nuevo Mester de Juglaría, y
el Grupo “Hadit”.
Tiempo después la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de
Segovia, le facilita un modesto local donde el maestro Agapito, instala la
“Cátedra de Folklore”. Allí imparte clases de dulzaina, de guitarra, y de música
tradicional en general, a un amplio grupo de jóvenes entusiastas por este tipo
de música, destacando entre ellos Joaquín González, y Lorenzo Sancho.
El 24 de Febrero de 1983, vive el último capítulo de su vida, falleciendo
en la ciudad de Segovia y dejándonos una de las mejores obras de música
popular.
Después de su muerte fueron publicados tres libros, que hablan
sobre su vida y su obra. El fue una persona que murió en una mísera
pobreza, y se hizo famoso después de su muerte. En la actualidad, se
organiza el “Premio Nacional del Folklore Agapito Marazuela”, como
homenaje de toda su obra, y a su persona.
MARIANO CONTRERAS “EL OBISPO” (1903-1994)
Mariano Contreras, nació el 17 de abril de 1903, en Santiuste de
Pedraza (Segovia). Apodado “El Obispo”, por que en su pueblo, se dedicaba
a “bautizar”, a todos los vecinos de su pueblo, es decir a adjudicarles apodos.
Desde niño ya tocaba el tamboril que el mismo fabricaba manualmente con
18
cañas de cañizo, por lo que la afición por la música ya le venía de temprana
edad.
Su padre, Gregorio Contreras, era tamborilero, pero no le hacía mucha
gracia que su hijo se dedicase a la música. Ante la gran insistencia de
Mariano y viendo las facultades que tenía no tuvo más remedio que ceder.
Gregorio hablo con Román Peseto, dulzainero de Collado Hermoso, para que
le diera unas clases “al chico”, y le vendiera una dulzaina que le costó 14
duros.
Mariano Contreras era un dulzainero autodidacta, por que con lo poco
que le enseño Román y los conocimientos de su padre, poco a poco aprendió
a desenvolverse a la hora de tocar la dulzaina.
Después amplió su repertorio escuchando a los buenos dulzaineros de
la zona, como eran “El Nincho” de Caballar, Julián García Gaona de Torre Val
de San Pedro y al “Tío Luis” de Matabuena. De este último fue del personaje
que Mariano se declaró mas admirador; y decía de él: “Cuando toca el tío Luis
en Matabuena, se le puede escuchar en Navafría.” Le seguía por todas las
fiestas e intervenciones en las que tocaba, para aprender de su repertorio.
M. Contreras, no sólo tocaba la dulzaina, también tocaba a la perfección
el tamboril, gracias a las enseñanzas de su padre. Mariano decía, “Que todo
dulzainero debe conocer a la perfección los ritmos y el manejo del tamboril,
por que es un instrumento que va muy parejo a la dulzaina”. También utilizaba
la guitarra, que como todo chico de su edad, la utilizaba para rondar a las
mozas mas guapas.
Año tras año, Mariano tocaba en más pueblos, al lado del tamborilero
Facundo Blanco, que hicieron pareja más de 30 años. Realmente se hizo un
hueco entre los mejores dulzaineros de la provincia.
En el año 1956, Mariano dejó Santiuste de Pedraza, para irse a Segovia.
Allí en los barrios de San Lorenzo y La Lastrilla, tocó en fiestas tan populares como las Águedas, formando pareja con el dulzainero Mariano Silverio, entre
otros.
Fue profesor de dulzaina en la escuela de la Diputación. A lo largo de
su vida enseñó su estilo de tocar y entender la música a todos y cuantos se
acercaban a él, y a su lado se han formado alumnos como Rodrigo Peñas
Barroso, Martín López Llorente, Juan José Cid Cotoval y un largo etcétera de
buenos dulzaineros.
Además en la época en la que en las iglesias no había
órganos, se atrevió ha interpretar la misa con dulzaina, lo que más tarde se
pasó a denominar “Misa Castellana”.
Y el 17 de junio de 1994, murió en la capital segoviana. Desde ese año
en el barrio de San Lorenzo, la asociación de vecinos organiza los,
“Encuentros folklóricos Mariano Contreras.”
FACUNDO BLANCO HERRERO (1909)
Nació el 27 de noviembre de 1909, en el segoviano pueblo del Cubillo.
Su interés por la dulzaina y el tamboril ya le venía de niño. Las primeras
enseñanzas para tocar el tamboril las recibió, de parte paterna.
Durante
muchos años ha acompañado con el tamboril a varios dulzaineros. Como son
Mariano Contreras, con el “Tío tocino”, y muchos más.
A lo largo de su vida
ha resaltado varias veces, que el tamboril es un instrumento de
acompañamiento a la dulzaina. También ha hecho sus pinitos como cantante,
al heredar de su parte materna una muy buena voz.
Sus profesores tanto de
tambor, como de dulzaina han sido familiares suyos, como su bisabuelo Eloy,
y su tío Juan. Ha recibido varios homenajes, el más significativo, fue el
recibido en Madrid, en la Plaza Mayor, pero por su faceta como dulzainero, aunque él siempre se ha considerado tamborilero.
MARIANO SAN ROMUALDO “EL SILVERIO” (1914-2007)
Dulzainero de la dinastía y familia de músicos de “Los Silverios”. Nace en el El Guijar, pero su juventud la pasa en Torreiglesias. A los 12 años de edad, aprende a tocar primero el tamboril, y luego la dulzaina.
Está considerado uno de los mejores dulzaineros segovianos, y se le compara, con otro de los grandes “Agapito era un dulzainero de salón, y Mariano Silverio es más todoterreno”.
De niño, acompañaba a su padre, también dulzainero. Con el paso del tiempo empezó a dominar con destreza, y pasar de tocar por necesidad, a tocar por afición. En el año 1939, al acabar la guerra civil su familia se traslada a vivir a Segovia capital, donde Mariano se dedica al oficio de zapatero remendón, y su familia además regenta un bar.
Ha tocado en muchos lugares tanto de la provincia, como del país. En el año 1942 es uno de los miembros fundadores de la Asociación Cultural Grupo de Danzas La Esteva. Ha sido uno de los grandes embajadores del folklore segoviano
Ha sido colaborador con el segoviano grupo “Nuevo Mester de Juglaría”, y ha prestado sus servicios como profesor a la Escuela de Dulzaina de la Diputación, en la cual ha dejado grandes alumnos. Era un músico que lo que sabía era por haberlo aprendido “de oído” como la gran inmensa mayoría de los dulzaineros antiguos.
A lo largo de su vida ha realizado dos grabaciones: la primera en el año 1977, bajo el título “Fiesta en Castilla”, y la segunda en 1981, llamada “Al Abuelo”, como homenaje a su familia. Por su trayectoria fue nombrado hijo predilecto del pueblo de Torreiglesias, y galardonado con el “Mayores Castilla y León” en el año 2007.
CRESCENCIO MARTIN “SIETEALMUERZOS”. (1917-2001)
Crescencio, nació en Santiuste de San Juan Bautista, donde paso toda su infancia. Trabajó como pastor, peón de albañil, y también emigró a Francia para trabajar de jornalero. Pero su oficio, y al que se dedicó la mayor parte de su vida, fue el de dulzainero. Un día un vecino de Santiuste de San Juan Bautista, le dijo a su padre que tenía que llevar al chico a un maestro para que le enseñase música, que “es un oficio muy bonito, con el que se gana dinero y se come bien”.
Entonces su padre habló con Don Venerando García “El Jejo”, dulzainero de la zona de Santa Maria por aquellos tiempos, y en menos de un mes, Crescencio se aprendió unas 15 piezas, con su primera dulzaina hecha artesanalmente en madera de fresno, por él mismo, mientras trabajaba de peón de albañil, para costearse las clases.
Poco después en su estancia en la “Villa de Coca”, aprende solfeo en la banda del pueblo, y “El Jejo” le aconseja que se compre una dulzaina mejor, con llaves incorporadas, del Maestro Ángel Velasco de Valladolid. Entonces Crescencio va pidiendo a toda su familia hasta reunir los 14 duros, que era lo que le costaba el instrumento.
Cuando llega a Valladolid en bicicleta, después de pinchar tres veces, deja la bicicleta en un taller de bicicletas, en la zona de “Campo Grande” y entra al taller del maestro artesano Velasco, y allí es donde se lleva la primera desilusión, al ver que sólo queda una dulzaina para zurdos, y no le queda mas remedio que quedarse con ella.
A la edad de 16 años, en Santa María de Nieva, toca en solitario por primera vez en público. Recibió muchos aplausos y un buen éxito. Luego tocó en Arévalo, en la Moraña…. y poco a poco las parroquias aumentaban. Algunas localidades esperaban que llegaran las fiestas para escucharle tocar en la procesión y en las dianas. Acompañó a dos grupos de danzas, uno el creado por la Sección Femenina, y durante los últimos años al grupo de Paloteos de Armuña (Segovia).
Pocos han sido los pueblos en los que no ha tocado Crescencio. Presume de haber tocado con 70 tamborileros diferentes, y en 176 pueblos de la provincia de Segovia y en ciudades y localidades como Burgos, Zamora, Ceuta, Alicante, Madrid, París….
Ha sido profesor de dulzaina de las escuelas de dulzaina y tamboril de Santa Maria la Real de Nieva, y de Cuellar, las dos patrocinadas por la Diputación, dando clase hasta años antes de su muerte. Sus alumnos y compañeros le grabaron un CD homenaje (De Crescencio, herencia de un dulzainero).
DEMETRIO GARCÍA MORENO (1934)
Dulzainero de La Matilla. Su inicio en la música se produjo con el primer instrumento que tuvo a la edad de 10 años, un pito hecho con el cuerno de un chivo. De joven adquiere una dulzaina que tiene dos cuerpos, con la que toca por procesiones de la zona acompañado de sus dos hermanos, Gregorio y Vicente.
Ha hecho una gran labor de recopilación y conservación en las comarcas de Sepúlveda y Pedraza, en los años 60 principalmente, y acompañado del “Tío tambores”, tamborilero de Cantalejo. Junto a otros dulzaineros antiguos ha sido profesor de la “Escuela de Dulzaina de la Diputación de Segovia”, siendo uno de entre los muchos que pasaron por ella, también dio clases en la zona de Sepúlveda.
LUIS BARRENO ANTÓN. (1936-?)
Dulzainero del pueblo serrano de Zarzuela del Monte. Empieza a tocar este instrumento a la edad de 14 años. Tuvo como maestros a dos dulzaineros de su mismo pueblo, primero Leandro Bermejo y después a Sixto Montalvo "El Tio Saluda", con el que dió unas 20 clases.
En algunas entrevistas que le han hecho a Luis, dice que el Tio Saluda es duro por que tocaba dos veces una pieza, tu la escuchabas y te decía que hasta que no la supieras no volvieras.. Con el Tio Saluda fue con el que más aprendió, le enseñó unas 15 piezas. Desde aquí empezó a tocar por los pueblos y poco a poco fue mejorando. Era uno de los mejores dulzaineros, de los más vertiginosos, y de lo que con más energía tocaba la dulzaina.
Tocaba de oido. No sabía música, escalas, solfeo, etc. Y de los pocos dulzaineros que no utilizaba las llaves de la dulzaina, porque las notas bemoles y las sostenidas, las hacia con la boca..
Ha participado en varias formaciones musicales. Entre ellas, y quizá la mas importante, la “Ronda de Zarzuela del Monte”, con la que llegaron a hacer una grabación en formato LP. Y ha participado como profesor de dulzaina en la escuela de la Diputación de Segovia, dejando alumnos, como Pablo Zamarrón, y sus dos hijos, que forman el grupo los “Hermanos Barreno”.
Decir cuál ha sido mejor dulzainero es complicado. Aunque hubo muchos más, un posible órden de los considerados mejores dulzaineros antiguos segovianos que se conocen es el siguiente :
1º.-Paulino Gomez Tocino “El Tío Tocino” (1882-1960), de Abades.
2º.-Luis Barreno Antón. (1936-?) de Zarzuela del Monte
3º.-Agapito Marazuela Albornos (1891-1983). De Valverde del Majano
4º.-Mariano San Romualdo “El Silverio” (1914-2007). el El Guijar
5º.-Mariano Contreras “El Obispo” (1903-1994). De Santiuste de Pedraza
6º.-Sixto Montalvo Bermejo “ El Tio Saluda” (1891-1960) de Zarzuela del Monte
7º.-Crescencio Martín “Sietealmuerzos” (1917-2001) de Santiuste de San Juan Bautista
8º.-Demetrio García Moreno (1934) de La Matilla