Uno de los temás más recurrentes entre los temas de la
tradicción muscal de Castilla y León son los cantos de boda, también llamados
galas, albadas o cantos de honor. Las Canciones de Honor eran cantadas por las
mozas, amigas de la novia con la intención de homenajear a los novios.
Musicalmente tienen su origen en la seguidilla castellana.
“El día de la boda se levantaban temprano los novios,
familiares e invitados. Al salir de la casa de los padres, por última vez como
solteros, cada novio recibía la bendición de sus mayores. El novio se dirigía
entonces, acompañado de sus familiares y amigos, a la casa de la novia, para
conducirla a la iglesia. La ceremonia religiosa solía empezar a las diez de la
mañana, y a su término las mozas salían de la iglesia y se colocaban en lugares
estratégicos para cantar a la salida de los novios, formando dos coros que se
contestaban cada dos versos. Todas estas canciones eran cantadas por el cortejo
de mozas que acompañaban a los novios a la casa de los padres de la novia, donde
se iba a celebrar la comida de bodas”
Paloma del palomar
Quien te ha quitado los vuelos
Que no has podido bajar
Desde el palomar al cielo.
Crezca el honor de la espiga y el trigo,
Crezca el honor de novios y padrinos,
Crezca el honor de los mozos y mozas,
Crezca el honor de la espiga y la rosa.
A la puerta de mi alcoba,
hay un charco y no ha llovido:
son lágrimas de mis ojos
que por ti tengo vertidas.
¡Qué bonita está la sierra,
con el tomillo florido;
más bonita está la novia
en brazos de su marido!
Por un sí que dio la novia
a la puerta de la iglesia;
por un sí que dio la novia
entró libre y salió presa.
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