viernes, 24 de marzo de 2017

RITMOS Y DANZAS DEL FOLKLORE SEGOVIANO

La música folklórica castellana y segoviana es una de las más ricas de España, por la gran cantidad y calidad de las canciones y bailes que se conservan, todo ello gracias en gran parte a Agapito Marazuela. Como hemos indicado hay una gran variedad de ritmos y danzas y todos ellos tenían un significado y un rito, como son las seguidillas, las canciones infantiles, canciones de cuna, romances, tonadas, mazurcas, polkas, rondas… y un largo sin fin. Además de otros ritmos frecuentes en toda España, como el pasodoble, el vals, la revolada o muñeira, los pasacalles, las dianas… A continuación reseñamos un pequeño listado de los más significativos y populares.

  • La jota, es la pieza más popular y representativa de nuestro folklore por su sencillez, expresividad y rima. Suelen tratar temas variados, como son amores o también denominadas “jotas de ronda”, burlescas, de oficios, etcétera, todos claros ejemplos de sabiduría popular Son acompañadas por instrumentos como la botella, almirez, pandereta, guitarra, dulzaina, etc. Es una forma de expresar la alegría, siendo típica en la mayoría de procesiones, y bailándose por parejas en forma lineal. 







  • Bailes de rueda, también denominados, corridos de rueda, o entrada de baile. Es una danza muy peculiar. Como el propio nombre indica, los danzantes se colocaban en forma de rueda o círculo. Como la gran mayoría de danzas se bailan en días festivos, en las poblaciones rurales, coincidiendo con algún ciclo de parada agraria. En este baile intervenía la gente mayor, y los mozos, que lo empleaban como una forma de “ligue” con las chicas, al demostrar sus habilidades. Esta danza marcaba de alguna manera la entrada para todas las demás, solían ser las primeras que se bailaban. Hay testimonios de personas mayores, que recuerdan su origen a finales del siglo XIX, continuándose durante todo el s. XX. Los instrumentos musicales empleados eran la dulzaina y el tamboril. 






  • Fandango y seguidilla, son unos bailes que se cantaban y danzaban especialmente en reuniones familiares como matanza, esquileo o antes de las bodas. Es muy alegre, y no tienen nada que ver con el fandango o la seguidilla andaluza. El fandango también denominado con el nombre de “baile llano”, se empleaba mucho en las galas de las bodas.






  • Danzas de palos, paloteos, o palo corto. Es un tipo de danza muy antigua. En la catedral de Segovia se encuentra recogido en varios archivos como se paloteaba en los pueblos de Armuña y Tabanera del Monte allá por el siglo XIII. Es frecuente encontrarlos en muchos puntos de la península, y del territorio mundial. Como nota decir que varios puntos de nuestra geografía se bailaban con espadines en vez de con palos de madera. En Segovia, en estos dos lugares ya citados, como en muchos otros tenias que cumplir el requisito de estar soltero, y lo solían bailar los jóvenes que en ese año hacían “la mili”. En la tierra de pinares, estas danzas se caracterizan por la rapidez y complejidad, con que se ejecutan. A lo largo del s. XIX y XX, era típico verlas bailar en pueblos como San Pedro de Gaillos, Veganzones, Armuña, Carbonero el Mayor, Aguilafuente, Lastras, y Fuentepelayo entre otros pueblos, en fiestas como la octava del corpus. La nota musical a esta danza, generalmente la daba una dulzaina sola, y en ocasiones acompañada de otros instrumentos de acompañamiento como el almirez. 






  • Cantos de boda y de labor. En nuestro folklore hay una gran amplitud de este tipo de cantos. Los “cantos de labor”, como bien dice el nombre, se interpretaban cuando se estaba trabajando en el campo. Mientras que los cantos de boda, suelen tratar temas de elogios a los novios. Mencionar de este tipo la Girigonza, un canto de matanza que se ha extendido por toda la geografía española. 






  • La entradilla, es un ritmo que solamente se encuentra en el folklore castellano y segoviano, reflejado en el Cancionero de Castilla de Agapito Marazuela. Los antiguos la consideraban “danza honorífica”, esto quiere decir que el máximo privilegio que una persona pudiese tener, es llegar al pueblo y que le tocasen y bailasen la entradilla. El maestro Agapito Marazuela la popularizó y es reconocido como uno “de los mejores dulzaineros de Segovia, Ávila y Valladolid”







No hay comentarios:

Publicar un comentario